jueves, 21 de octubre de 2010

CAZA MENOR

La caza menor queda caracterizada por el tamaño de los animales a capturar y no estrictamente por la forma o la modalidad de la cacería. Se ejercita, pues, sobre piezas de pequeño tamaño tales como la perdiz, la tórtola, el conejo, ciertas aves acuáticas, especies migratorias, etc. El Real Decreto 1095/1989 establece cuáles son las especies cinegéticas de caza menor. Es una caza muy popular y ampliamente difundida por todo el territorio español.
PUEDE SER:

En mano:
La caza en mano es aquélla practicada por varios cazadores conjuntamente, abiertos en ala y a una distancia aproximadamente equidistante, generalmente ayudados por perros, con el objeto de batir el campo. Cada mano se compone comúnmente de una partida de entre dos y seis cazadores. Es una modalidad muy popular y generalizada que se practica para las diferentes especies de caza menor y que reúne los alicientes de ser una caza en equipo y con perro, que además requiere de un cierto esfuerzo físico.











En ojeo:
El ojeo es una de las modalidades tradicionales de la caza menor española, practicada normalmente sobre la perdiz roja, la especie más representativa de la caza menor en España. Sobre un terreno predeterminado se colocan los puestos o pantallas -alrededor de una docena- en disposición, normalmente, semicircular. Los ojeadores o batidores (en número de dos o tres por escopeta) se colocan en la dirección opuesta a la de las pantallas y también en semicírculo. Avanzan hacia los puestos y profieren voces haciendo ruido con el objeto de dirigir las perdices, levantadas y en huida, hacia los cazadores. Esta acción de ojear ha de realizarse de tal manera que se impida que las perdices se aplasten asustadas dando lugar a grandes concentraciones que, al arrancar el vuelo en grupos, darían poco aprovechamiento cinegético al tirador. El objetivo es que las perdices rompan a volar de manera natural, gradual y progresiva y así entren a los puestos de forma continua y "chorreada" permitiendo mayores oportunidades de disparo.







Al salto con perro:

La caza al salto -con o sin perro- es probablemente una de las modalidades más duras y esforzadas y más practicadas por los cazadores en el campo español. El cazador en solitario avanza por el terreno levantando las piezas siendo su conocimiento de los territorios, de las especies y de las reacciones de los animales, además de una buena preparación física, las claves de los resultados de la cacería. Es por definición la caza al salto con perro -"caza menor con perro"- la modalidad reina de las disciplinas cinegéticas, objeto también de competiciones deportivas de alto nivel.





Reclamo:

En esta modalidad de caza, el reclamo, -un macho de perdiz enjaulado-, atraerá a sus congéneres salvajes durante el periodo del celo hasta entrar en plaza aproximadamente a unos quince metros del puesto del cazador. La jaula con el reclamo ha de colocarse sobre un pequeño promontorio consistente en alguna piedra o arbusto ligeramente elevado llamado "pulpitillo". El elemento más importante de esta forma tradicional de caza no es tanto el lance final y el disparo como el comportamiento del reclamo.


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